"Canción dulce" o "Cada uno lucha su propia guerra"


Título: Canción dulce
Autor: Leila Slimani
Editorial: Cabaret Voltaire
Página web: http://www.cabaretvoltaire.es/index.php?id=274
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 288
PVP: 19.95 €






"Myriam jamás se atrevería a contarle a Emma ese pensamiento fugaz, esa idea que más que cruel es vergonzante, y que le viene a la mente cuando observa a Louise con sus hijos. Solo seremos felices, se dice, cuando ya no nos necesitemos unos a otros. Cuando cada cual viva su propia vida, una vida que nos pertenezca, en la que nadie interfiera. Cuando seamos libres."

"Canción dulce" pag. 54, Ed. 2017

En un principio esta entrada iba a llamarse "Cada cual lidia con su propia mierda", pero me pareció un poco demasiado escatológico para ponerlo en grande y que fuera la primera impresión del lector. Aunque ése sea el espíritu que yo he recogido de la novela Canción dulce. Una novela, por cierto, que fue galardonada con el Premio Goncourt de 2016. A mi modo de ver, un premio merecido.

Lo malrollero de este libro no está escrito.

Bueno, sí lo está. En este libro. Y la cuestión es que no es gráficamente muy explícito. Hay escenas, como la que abre la novela, pero en general Leila Slimani te hace sentir mal solo con la atmósfera, creada por los pensamientos y las emociones de los personajes. Te lo hace pasar mal, muy mal. Y no podía dejar de leer. Porque sí, sabes perfectamente cómo termina (y termina muy mal), te lo cuenta en las primeras páginas, pero yo sufro una enfermedad que me hace leer más rápido un libro que sé abocado a la tragedia, solo para poder terminar con el sufrimiento.

Yo todo el tiempo que leía esta novela

Es cada vez más oscuro, cada vez más desesperanzador. En algunos momentos ves resquicios, momentos de luz que podrían indicar una evolución positiva, pero luego la propia Leila Slimani te devuelve a la realidad y recuerdas cómo termina todo y el dolor es horrible.

Porque ésta es la cuestión, niños y niñas: no tienes ni la más remota idea de cómo va la vida de nadie. Como máximo, puedes conocer a aquellos con los que convives. El resto es territorio ignoto. No sabes en qué mierdas andan metidos, no sabes lo que están sufriendo (a no ser que te lo cuenten) y no sabes en cuánto estás contribuyendo a que el sufrimiento de esa persona aumente. Que es una idea descorazonadora. Puedes ser perfectamente una piedra más en el saco que esté hundiendo a otra persona. Cada uno lidia con su propia mierda. Y tú no lo sabes

También es cierto que nadie (salvo contadas excepciones) es la causa única del infierno personal del otro. Es todo una acumulación de hechos y acciones. Yo lo llamo La parábola del brik de leche. Imaginémonos que convives con alguien, y que ese alguien tiene la manía de dejar el Tetra Brik de leche en la encimera tras beber. Y eso te pone nerviosa. Se lo has comentado un par de veces. A veces te hace caso, pero otras se le olvida. Y un día llegas a casa y el brik está fuera de la nevera. Pero este no es un día normal. No. Porque justo hoy en el trabajo todo ha ido mal. Tu jefe te ha echado la bronca. Has estado dos horas lidiando con un cliente especialmente obtuso. Se te ha atrasado el trabajo. Al salir resulta que llovía y no llevabas paraguas. El transporte público se ha retrasado o ha habido un atasco de manda narices. Por el camino, has pisado una caca de perro. Y por si fuera poco, al pasar por la pastelería, resulta que no tenían los bollos que te gustan y que de repente se te habían antojado porque estaba siendo un día de mierda. Y llegas a casa y ahí está: el brik de las narices. Y entonces vas donde tu pareja y le sueltas una filípica que ni Patton. Empezáis a discutir, se reavivan viejos rencores y, tras horas echándoos cosas a la cara, termináis cortando. ¿Vuestra relación se ha roto por el brik? No, ha sido solo un desencadenante, un factor más, pero no es la causa del final de vuestra relación.

Y esta novela describe muy bien eso: cómo las pequeñas cosas se van acumulando hasta crear una montaña de mierda tal que ni el Everest. Y no hay un momento en el que habiendo actuado de forma diferente hubieras cambiado el resultado final. Todo está demasiado interrelacionado para que eso sea posible. No es tu culpa. Y al mismo tiempo, tienes parte de culpa.

Es una idea tremendamente interesante, y está muy bien presentada. Por lo general. Salvo un pequeño detalle: Louise, la niñera que el matrimonio protagonista contrata para cuidar a sus niños, es obvio que sufre depresión.

"Unas cantinelas mórbidas la acunan mientras camina. Unas frases que no se ha inventado, y que tampoco está segura de entender, martillean su mente. Se le ha endurecido el corazón. Los años lo han cubierto de una corteza espesa y fría, y apenas lo oye latir. Nada consigue emocionarla. Debe reconocer que ya no sabe amar. Ha agotado toda la ternura que contenía su corazón, sus manos ya no tienen nada que rozar.
«Se me castigará por esto —oye decir a su pensamiento—. Se me castigará por no saber amar.»"

pag. 260

Teniendo en cuenta cómo termina (y empieza) la historia, traer a colación la depresión es peligroso. Puede dar la impresión de que Louise hace lo que hace porque sufre depresión. No creo que sea la intención de la autora, más bien sirve para recalcar el hecho de que cada uno puede vivir un infierno particular desconocido para el resto, pero provoca ciertas connotaciones en el lector aunque no quiera. Y no se ceba en ello, no centra todo lo que le pasa a Louise en el hecho de que es depresiva o sufrió/sufra depresión, es solo un factor más. Pero es un factor importante y el propio hecho de no querer centrarse en ello puede ser problemático. Cuando tratas con un tema con un estigma tan negativo como las enfermedades mentales, el hecho de mencionarlo sin hacer una lectura buena o mala de la misma es ya una lectura negativa. Aunque lo único que quieras decir es que la enfermedad mental era un ladrillo más en la estructura, no la estructura entera, el mero hecho de su existencia y que la protagonista se dañe no solo a sí misma sino a terceros envía la señal (consciente o no) de que esa misma enfermedad le hizo hacerlo. Que si hubiera estado sana, que si fuera normal, aquello no hubiera ocurrido. Y lo repito, no creo que la autora entienda la depresión de Louise como causa de sus actos, pero está ahí, y no se desarrolla lo suficiente. Aún así creo que toca el tema de una forma mejor y mucho menos efectista que Herman Koch en La cena. No trata de ser un retrato sensacionalista, no trata de escurrir el bulto y convencerte de que obviamente tienes que tener mal la cabeza para hacer algo así, nadie normal lo hubiera hecho. No, no, alguien perfectamente normal puede llegar a cometer actos reprobables si se encuentra en una situación suficientemente desesperada.

Porque muchos factores se juntan. Hay un retrato descarnado sobre las diferencias sociales. Y aunque no se haga hincapié en ello, la raza o la religión son el paisaje de fondo en el que se mueven estos personajes. Algunos de ellos, por su procedencia, pueden estar viviendo problemáticas concretas. Pero eso no quiere decir que venir de un lugar concreto o practicar una religión específica implique que vas a enfrentarte a los problemas de la misma manera. Cada persona es distinta.

Creo que es brillante el modo en el que disecciona las relaciones en distintos aspectos: entre miembros de la pareja, con los hijos, las relaciones entre patrón y empleado, entre empleado y los hijos del patrón a los que tiene que cuidar... Toda esa compleja red que construye la sociedad, sobre todo la sociedad moderna. La capacidad de Leila Slimani por crear tensión, terror, con la convivencia diaria es admirable. 

Lo he pasado horriblemente mal leyendo esta novela, pero al mismo tiempo ha sido un placer, porque es una buena novela y las historias bien escritas se disfrutan. Aunque te hagan sufrir.

Os gustará si: Os gusta pasarlo mal. Los dramas. Los finales tristes. Niños muertos. Las novelas introspectivas.

No os gustará si: No os gusta leer historias oscuras y terribles que no dejan resquicio al optimismo. Sois madres primerizas. O madres (padres) que han decidido volver a trabajar tras un periodo de maternidad o paternidad. Gente que esté buscando niñera. Todas esas personas tal vez no deberían leer este libro, para que no les dé un ataque de ansiedad.

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