Recomendaciones de no ficción para estos tiempos convulsos
Últimamente me ha dado por leer no ficción. Siempre he tenido temporadas de eso, y aunque si vivíamos tiempos inciertos me solía refugiar en la ficción menos realista que existiera (como la fantasía), no sé por qué, pese a que no estamos precisamente en una época que aliente la esperanza, en 2025 he leído bastantes libros de no ficción. 7 de 16 libros que he leído este año pertenecen a esa categoría.
Y en general tratan temas muy actuales.
Sí, mayormente van sobre fascismo, efectivamente.
Varios de ellos me han gustado mucho y nunca está de más recomendar lecturas interesantes, así que he pensado en escribir este post para hablar de los mismos.
Y empezamos con trampa, con un libro leído en 2024:
Título: La frecuente oscuridad de nuestros días
Autora: Rebecca Donner
Traducción: Francisco J. Ramos Mena
Editorial: Libros del Asteroide
Esta historia de una estadounidense casada con un alemán, que vivió durante el nazismo en Alemania y que fue condenada por pertenecer a una red de opositores al régimen nazi (no es spoiler, se dice al principio) podría funcionar como manual para crear un grupo antifascista haciéndolo pasar por club de lectura. Porque básicamente la cosa empezó de la forma más inocente. Un grupo de personas de distintas clases sociales pero en su mayoría de ámbitos intelectuales, se juntaban en una cafetería para hablar de libros, películas... etc. Una simple reunión social. Pero poco a poco se dieron cuenta de que cada vez podían hablar de menos cosas en público, por miedo al ascenso del nazismo que se puso a gobernar. Así que en un momento dado se miraron a los ojos y dijeron "la cosa se está poniendo chunga, habrá que derrocar este régimen". Y se pusieron a intentarlo en serio. Y de hecho, aunque pudiera parecer que se trataba de ilusos que no iban a conseguir una mierda, lograron infiltrarse en varios puestos clave que les permitió hacerse con información muy valiosa para los aliados.
Si los aliados les hubieran hecho el más mínimo caso.
Porque otra cosa que tiene este libro es que reparte a todo el mundo por igual. EEUU estaba a por uvas, Gran Bretaña los ignoró, y los únicos que de hecho les dieron alguna clase de ayuda fueron los soviéticos. Desgraciadamente en ese tiempo estaban liderados por Stalin, que tenía tendencia a descabezar sus servicios de espionaje cada dos semanas.
Es un libro tremendamente entretenido, que no solo te cuenta la historia de esta mujer y su organización, sino cómo los nazis accedieron y se aposentaron en el poder, cómo los EEUU se debatían entre ser pro nazis o no y cómo la mayor parte del mundo no hizo absolutamente nada para parar a los fascistas. Salvo gente como este grupito. Tomad nota de cómo lo hicieron, porque en un futuro puede ser útil.
Autor: Nathan Thrall
Traducción: Antonio Ungar
Editorial: Anagrama
Este libro utiliza un hecho real -un accidente de un autobús escolar en una carretera de uso exclusivo para los palestinos (porque el apartheid es una realidad allí)- para hablarte de la situación de ese territorio, de las causas históricas que han llevado allí, del maltrato diario de las autoridades israelíes y de la vida de un grupo de personas que viven una tragedia, que ya sería grave en cualquier otra parte del mundo, pero que la sufren en un lugar donde resulta aún peor. Todo explicado de una forma muy clara, sin perder nunca el foco (aunque hay un momento donde lo parece al ponerse a hablar de los orígenes del muro) y mostrando a esas personas como lo que son, seres humanos que tratan de lidiar con su situación lo mejor que pueden. Nunca carga demasiado las tintas, pero no lo necesita, porque la realidad ya es lo suficientemente dura e injusta.
El único "pero" que le pondría es que, al igual que hace "A sangre fría" de Truman Capote, el autor usa técnicas del thriller para no revelarte el final del primer niño del que habla hasta el final. Aunque tal vez sea simplemente que trata de transmitir el desconocimiento y la angustia de esas familias que no sabían si sus hijos habían muerto o seguían vivos.
Autor: Matthew Hongoltz-Hetling
Traducción: Carolina Santano
Editorial: Capitán Swing
En estos momentos EEUU parece una comedia negra, un remake chusco de "El gran dictador" con más dorados y menos gracia.
Nada mejor que este libro donde el autor nos habla de un pueblito de New Hampshire que un grupo de habitantes consigue que sea declarado un "free town", un pueblo sin impuestos y sin gobierno (spoilers: sale mal), para familiarizate con las absolutas ideas de bombero que pueden llegar a tener las gentes de EEUU.
Empezando con los mal llamados "libertarios" (en realidad nada tienen que ver con el movimiento anarquista) que aborrecen toda clase de control y para quienes cualquier regla de civismo es una imposición gubernamental a evitar. Y por supuesto los impuestos son robo. ¿Que cómo pagan los servicios públicos? No los pagan. Algo que traerá más de un problema, dado que en esa zona abundan los osos. Y a los osos las filípicas sobre libertad individual les traen al pairo.
El autor usa el humor para explicar las rocambolescas situaciones que se van desarrollando. Aun así, no pierde nunca la empatía, es siempre consciente de que está hablando sobre personas y de que incluso algunas de ellas lo han pasado muy mal (como la mujer atacada por el oso), así que cada vez que alguna de ellas hace algo a todas luces... imprudente, sigue siendo un shock.
Después de este libro entiendes mejor cómo pudo ganar Trump las elecciones. Se sigue sin poder justificar, pero al menos lo entiendes.
Autora: Linda Kinstler
Traducción: Magdalena Palmer
Editorial: Gatopardo
Mientras la autora investiga el pasado de su abuelo, quien aparentemente trabajó para los nazis durante la ocupación de Letonia, va desvelando la figura de Herberts Cukurs. Herberts Cukurs, conocido con el acogedor sobrenombre de "el carnicero de Riga", fue un colaboracionista nazi, miembro del Comando Arajs, conocido por haber participado en la masacre de Rumbula, y que fue asesinado por el Mossad en Uruguay en 1965.
Linda Kinstler nos habla de quién era Cukurs, qué pruebas (y cuáles no) existen de su colaboracionismo, de las posibles razones por las que el Mossad lo asesinó a él y no a otros miembros del comando que pudieron tener más responsabilidad que él. Y hasta ahí el libro me parecía bien, didáctico, bien pero sin más.
Pero entonces llega la segunda parte, que es la parte donde te cabreas. Porque como Cukurs fue asesinado no pudo ser juzgado. Nunca hubo un juicio contra él. Y claro, ¿cómo podemos estar seguros de que colaboró en un genocidio? Eso se preguntan las autoridades letonas, no sé por qué, y se abre una investigación en la que un diligente fiscal busca pruebas de crímenes, porque según la legislación letona, para que Cukurs fuera un criminal tendría que haber cometido crímenes él mismo. Para que sea un nazi tiene que haber un testigo que le viera pegarle un tiro a alguien. Y claro, es un poco difícil que quede algún testigo de la matanza de Rumbula que pudiera testificar que le vio disparar, porque si le hubiera visto hacerlo... ¡esa persona estaría muerta! Es frustrante ver cómo se obvian los testimonios de quienes le vieron acompañar a los nazis y sin embargo, cualquier indicio de que pudo ayudar a alguien se toma por verdadero y le exonera de culpa.
El libro tiene por subtítulo "Cómo acaba el Holocausto". El Holocausto acaba con un montón de negacionistas del Holocausto en posiciones de poder alterando la Historia como quieren. Porque las victimas están muertas y no pueden replicar.
Autor: Philippe Sands
Traducción: Francisco J. Ramos Mena y Juan Manuel Salmerón Arjona
Editorial: Anagrama
La calle Londres 38 es una calle de Santiago de Chile que fue sede del Partido Socialista de Chile y más tarde un centro clandestino de detención y torturas de la DINA, la policía secreta de la dictadura de Augusto Pinochet. A quien, por cierto, detuvieron por genocidio en Londres en 1998 utilizando la jurisdicción penal internacional.
Philippe Sands, abogado especialista en Derecho Penal Internacional, habla de este caso, de la teoría y los vericuetos de la jurisdicción penal internacional aplicable que se discutió en los tribunales, de las diferentes personas envueltas en el juicio, de los diferentes crímenes de los que se acusa a la DINA y a Augusto Pinochet, como jefe de estado que era, y mezcla todo ello con la figura de Walther Rauff, que fue un oficial de las SS y uno de los "cerebros" en la creación de las cámaras de gas en los campos de concentración nazis. Walther Rauff huyó a Chile después de la guerra y se dice que asesoró al gobierno de Pinochet, rumores que el autor trata de averiguar si son verdaderos o no.
En cierta manera, Philippe Sands habla de la impunidad, de qué efectos tiene que la gente mala se libre de castigo, de cómo se ha tratado de evitar por medio de la globalización del sentido penal de "justicia", de las razones políticas para que cierta gente se libre, pero también habla de cómo nunca puede presuponerse que la impunidad sea para siempre, porque incluso las personas más aparentemente intocables pueden recibir un sustito, y no funciona para siempre; tal vez Pinochet no pisara la carcel, pero el juicio en Londres abrió la puerta para que subordinados suyos sí lo hayan hecho.
Porque hay muchas maneras de terminar con la impunidad, y una de ellas es la memoria histórica. Nunca jamás hay que olvidar lo que hicieron. Nunca jamás hay que dejar de recordarlo.
Autora: Slavenka Drakulic
Traducción: Isabel Núñez
Editorial: Libros del KO
Slavenka Drakulic explica al final de este libro que nunca se interesó por los verdugos en la guerra de los balcanes. Ella estaba acostumbrada a contar la historia de las víctimas, porque a las víctimas pocas veces se las escucha, mientras que los verdugos suelen acaparar todos los focos. Todo el mundo habla de ellos, así que ¿por qué centrarse en gente en la que normalmente toda historia se suele centrar? Y la respuesta que da es la misma que daba a todo el mundo que se lo preguntaba: porque cualquiera puede convertirse en verdugo.
Realizando un retrato de varias personas acusadas de crímenes en la guerra de los balcanes -desde las más famosas como Slobodan Milošević, hasta ciudadanos de a pie sin ningún historial criminal que acabaron matando a más de 100 personas a sangre fría- Drakulic llega a la misma conclusión que Hannah Arendt cuando hablaba de la "banalidad del mal": la gran, gran mayoría de gente que comete atrocidades en guerras no son monstruos, es gente perfectamente normal, gente perfectamente adaptada al sistema en el que viven.
Lo realmente aterrador de este libro es la sensación de que muchísima gente podría llegar a hacer lo mismo si estuviera en las circunstancias adecuadas. Por pura crueldad, ignorancia, oportunismo o miedo, pero podrían llegar a cometer atrocidades.
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