"Ojos ciegos" o "La importancia del ritmo"


Título: Ojos ciegos
Autora: Virginia Aguilera
Editorial: Reino de Cordelia
Página web: http://www.reinodecordelia.es/libro.php?id=211
Encuadernación: Rústica con sobrecubierta
Número de páginas: 312
PVP: 18.95 €






"Durante un tiempo dudé cómo llamar al relato. El título que había escogido mi madre, La pequeña horda, era sugerente pero a mí, a causa de las reminiscencias infantiles, me provocaba escalofríos. Por este motivo me decanté por Alegría y decidí estructurar el relato en cuatro partes, de la alegría aparente, la más trivial y obsequiosa, a la más criminal. En cualquier caso, he intentado respetar la doble visión que revelaban, de algún modo, estos documentos que en su día me conmovieron, la complementariedad de dos formas de contemplar y estar presente en el mundo: la imaginativa de Candela, una joven que inicia su andadura por el mundo, y la pragmática del juez Rodríguez. Estas dos perspectivas fueron poco a poco fundiéndose en una sola, no ya en esta aventura de Villacadima, sino a lo largo de otras muchas que vivieron juntos como asistente y juez primero, como marido y mujer después y, finalmente, como padres y abuelos, manteniendo a lo largo de su vida una sola constante, él siempre ciego y pragmático, ella, su luz, siempre impulsiva y hasta temeraria. Y así, a través de este relato que también tiene algo mío, me gusta pensar que yo misma participo un poco de ambos."

"Ojos ciegos" pag. 21, Ed. 2016

No hay cosa que más me fastidie que el que un libro no me convenza y no saber si soy yo o el problema es más general.

Empecemos por lo más sencillo. No es un mal libro. Ni de lejos. No puedo decir ni que esté mal escrito ni que la historia no tenga ni pies ni cabeza. No. Es un libro correcto. Es un libro que se puede leer.

Y me ha resultado tan poco memorable que ni me acordaba del nombre de los personajes y he tenido que mirarlo.

¿Eso es un problema? No, en absoluto. Escribir un libro es difícil. Escribir un libro decente es aún más complicado. Solo el hecho de crear una historia narrada de forma competente y que hace pasar un rato más o menos entretenido es ya una hazaña al alcance de pocos. No, en serio. Cualquiera cree que puede escribir mejor que [inserte aquí su autor o autora más odiado/a] pero la verdad es que no es cierto, no es tan fácil escribir una novela. Así que decir que Ojos ciegos es una novela correcta ya la eleva por encima de otras muchas.

Pero lo cierto es que a mí se me ha hecho un poco pesada. Y como he dicho, no sé si el problema es mío o del libro. Tiene un ritmo lento. Esto en sí no es indicativo de nada, a mí me han gustado muchas novelas de ritmo lento. Es demasiado lenta para una novela de detectives, y en parte lo es, con esa pareja de juez y asistenta desentrañando la desaparición de una mujer en el falansterio de Alegría. Pero Ojos ciegos bebe más del antecedente directo de las novelas de detectives: el misterio gótico. Y sí, el misterio gótico no tiene un ritmo frenético, precisamente. Pero, y este es un pero importante, lo fía todo a la creación de una atmósfera envolvente. Esa ambientación que nos va atrapando e incluso hundiendo en la inquietud. Eso no ha ocurrido en ningún momento con esta novela. E intelectualmente sé cómo lo está construyendo: un pueblo (o comunidad) aislada, población que guarda secretos, un calor insoportable que no permite dormir por las noches... Todo eso lo he leído, pero no lo he sentido. En ningún momento me he sentido transportada a ese paisaje, a ese lugar. Me ha parecido tedioso, con esa protagonista que va narrando días y días en los que no pasa absolutamente nada, y cuyo vacío no se ve apoyado por una atmósfera asfixiante o por un aumento de la tensión. 

Que conste que tiene puntos por originalidad: la historia transcurre en una población de Teruel (TERUEL EXISTE) y lo hace en 1868, a pocos meses de la revolución de ese mismo año, llamada "La Gloriosa". La novela está bien documentada y ayuda mucho que la autora emule el léxico-semántico de la época, le da un puntito más de realismo. Y sí, tal vez las opiniones del juez protagonista me suenen más a las de un hombre mayor del siglo XXI, que a las de alguien del siglo XIX, pero creo que eso es más cosa mía. 

Se supone que otro de los puntos centrales de la novela es la relación de los dos protagonistas: el juez Rodríguez y su joven asistenta, Candela. Digo se supone porque no es que me haya llamado mucho la atención. No tienen química ninguna entre ellos. Lo cual puede que sea un problema, porque tal y como se escribe en el prólogo por su hija, ambos terminarían casados. Vale, es cierto, es solo su primera aventura juntos, pero incluso así no son más que dos personas compartiendo diálogos. Los diálogos deberían mostrar la personalidad de los distintos personajes, pero nunca me dio tal sensación. Los personajes me parecieron más bien planos. Todos. Sin excepción.

Lo sé, lo sé, estoy siendo desaforadamente dura con la novela. Pareciera que es lo peor que he leído, cuando no es ni remotamente cierto. Repito, es un libro correcto, gustará a gente. Ganó un premio, que no es moco de pavo. Pero me fastidia, porque esta novela tenía papeletas para que me gustara mucho, y sin embargo, no me ha convencido. 


Os gustará si: el misterio gótico es lo vuestro, os interesan historias que se suceden el sitios y periodos de tiempo poco manidos, queréis un libro más bien corto que os haga pasar un tiempo, al menos, entretenido.

No os gustará si: lo que queréis son misterios muy complejos, puzles ingeniosos, novelas detectivescas más clásica, o libros con ritmo frenético.



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